viernes, 28 de agosto de 2009

Amor, amor, amor...




… Y el amor está en el mundo para olvidar al mundo (Paul Éluard )

Y que empiezo a buscar el amor, bueno, su definición, porque el amor nomás falta que me refleje en un espejo y lo vea (no no habló la ególatra, ni doña Narcisa nomás la realista, si vieran cuanto y cómo me quiero, ja!, vengan más mentadas, gracias!), ahora no voy a ir a la RAE, por hoy pueden descansar sus integrantes, que seguro ahorita estaban con un pendiente del carajo.

No me dio la gana preguntarle a todo mundo, porque me salen con cosas como “es lo que le da sentido a nuestra vida”, “es compartir, aceptar los defectos del otro sin contrariarnos”, “es una mierda”, "es difícil definirlo", “eres tú” (ah sí claro, eso me lo han dicho al oído algunas veces, tampoco lo iba a dejar pasar), “una locura, un mal necesario”; y así con eso no llego tampoco a ningún lado.

Para algunos es un sentimiento malo, otros es lo máximo, algo que te apendeja y ni cuenta te das, otros lo relacionan con una persona o animal (sino vean cuantos heredan bienes a sus mascotas) como la personificación de algo incorpóreo, otros lo ven como algo que se da entre dos, otros como un triunfo individual, a otros les da por dejar volar la imaginación, otros incluso usan la filosofía.

Al amor ni lo vemos ni lo escuchamos, pero qué tal se percibe? (love is in the air!) y no precisamente por nuestros sentidos; no se toca, es inodoro e incoloro (me vale si salen con que es rosa) tampoco se escucha, sí ya se hay mil canciones que hablan de amor y seguramente en todas encontramos similitud con nuestro sentir, tampoco lo saboreamos (lo rico son sus mieles oh sí!), eso sí, lo sentimos, cuando nos hace bien, cuando nos hace mal parece que se siente más (así de intensos somos los humanos) porque provoca sufrimiento, cuando se da una ruptura, o al perder a un ser amado, ese dolor es más fuerte que cualquier dolor físico que podamos sentir, de ahí el proceso químico en nuestro cuerpo al producir sustancias que nos dan bienestar emocional y malestar en ocasiones; y cuando duele queremos evadirnos, nos ponemos a escuchar todas las canciones de desamor que han escrito sin importar el género ni el idioma, todas describen exacto nuestro sentir, duele como la chingada (¿cómo duele la chingada?), hasta lo maldecimos y decimos “no me vuelvo a enamorar”; pero cuando vuelve a aparecer se nos endereza el rumbo.

También el amor es un solitario, por eso, necesita de otros para sentirse acompañado, por eso invita a la felicidad, el deseo de compartir buenos momentos con quien o con lo que nos provoca amor, el interés por otra persona que no sea uno mismo, la comprensión, la amistad, la admiración, la libertad de ser, estar, hacer y pensar, ah y no menos importante eso sí, mucho buen humor… por favor no olviden que aunque el amor es cosa seria, es bueno reír, y con dos hay más materia prima para hacerlo, eso lo sabemos quienes reímos seguido de nostros mismos. Si una persona siente amor y aparte es correspondida, viene la fuerza y las ganas de qué? Quien sabe pero de que se sienten se sienten, incluso algunos salen huyendo apenas perciben o sienten amor; otros se quedan a correr el riesgo de amar con la consecuencia de ser amados.

Alguien que conozco sostiene la teoría de que sentir amor no es más que una reacción bioquímica del cerebro, equivalente a comer cantidades industriales de chocolate y que ambas situaciones generan secreción de endorfinas que hacen que te sientas en las nubes; pero bueno seguro ese prosaico cuando le dicen "te amo" responde con un "te deseo", no lo sé de cierto, lo imagino (cortesía del maestro Benedetti); pero la expresión verbal del amor igual cambia de hombres a mujeres y como ahora no es tema, luego hablo de eso.

Canciones de amor y desamor, poemas de amor, cartas de amor, en estos tiempos modernos: blogs, páginas electrónicas y correos tratan de definirlo y todos se quedan cortos; como si fuera fácil, creo que no existe una definición que me convenza pero si intento una pensaría que es un proceso individual, interno, algo que se da muy dentro, el más íntimo de todos, y que por tal cada uno lo vive, siente y expresa de manera diferente; y que el amor no son muchos ni es diferente, el amor a los hijos, a la pareja, a los padres, a los hermanos y a los amigos es el mismo sentimiento nomás trasladado a diferente persona.

jueves, 27 de agosto de 2009

¿Fiel yo? Ni que fuera perro.

De sobra sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,por ti la vida entera;
y sin embargo, un rato, cada día,ya ves,
te engañaríacon cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.
(Joaquín Sabina, Y sin embargo…)
Hablando de mujeres y traiciones”, dice una canción muy popular, reconozco que no es de mi agrado la canción, menos la frase, ni la comparativa, creo que el ser humano es infiel en su estado natural, pero elige la monogamia por practicidad (dejemos de lado de cuestiones éticas y morales por hoy); así como nadie en su sano juicio se come todo lo que está en el refrigerador, sobre todo aquellos cuyos metabolismos no tienen el menor reparo en procesar (por fortuna me incluyo en estos), nadie anda por la vida teniendo queveres con quien se nos pone enfrente, más que en la mente o la fantasía.

Y sin embargo, te engañaría con cualquiera…” eso dice otra canción, no obstante saber que el sentir, la vida en común se encuentran donde el corazón nos late más aprisa (dirían los más románticos) la posibilidad de correr a los brazos del otro, ahí está, latente, creo que en ese momento se llega a la infidelidad (no de obra, nomás de pensamiento, antes que empiecen a sacar conclusiones).

Yo sostengo, valiéndome nada lo que diga la RAE, la cual pienso está equivocada (sobran razones de menos para sostener esto y espero mentadas por la blasfemia, gracias!) que fidelidad y lealtad no son sinónimos; yo no soy fiel, mi naturaleza evita que lo sea; no obstante, soy leal, ni mucho ni poco, simplemente soy leal; no ando por la vida teniendo queveres con quien se me pone enfrente, a pesar que me da la gana fantasearlas (podrás callarme pero nunca evitarás que piense)… pero si fuera por la vida y tuviera una vida paralela con alguien más que no sea con quien comparto una vida o el momento y espacio de una relación, estaría siendo desleal.

Pero como todo en la vida, viendo vemos, por lo mismo digo que quien quiera fidelidad, mejor que se compre un perro (o un aparato de sonido, dirían los más modernos).

viernes, 21 de agosto de 2009

Con amigos así...

¿Quién necesita amigos? El que está en desgracia o el que tiene bienestar? Ambos, los primeros porque necesitan ser auxiliados, los segundos porque tienen necesidad de comunicar las razones de su felicidad.

¿Qué es mejor? Tener amigos cuando uno está jodido o cuando la vida a uno se le pinta de rosa? Obviamente, en la desgracia es recomendable tener amigos útiles, aquellos con los que puedas llorar las penas, pero quien que valore y quiera a las personas con las que lleva una amistad quiere verlos llorar por sus causas y malestares? Todo un contrasentido!, creo que si bien los amigos son necesarios cuando uno cae en desgracia; tener amigos cuando uno tiene prosperidad es mucho más noble, porque ello atrae a personas con mayor mérito y de virtud; así, en momentos de tranquilidad, bonanza y paz se elige mejor con quien compartir; de otra manera se corre el riesgo, desgraciadamente (literal), de recibir cascajo.

Entonces, al caer en desgracia, la presencia en sí de un amigo ayudará y atenuará las penas, porque nadie como él para prodigar palabras de aliento o bien lo que en ese momento se necesita escuchar, quien mejor que un buen amigo para conocer nuestras necesidades, lo que agrada y desagrada, por eso el buen juicio al elegirlo hará que ese amigo no se doble ante nuestra adversidad, porque de ser así nos provocaría tristeza o culpa, sentimientos nada agradables y que vienen a sumarse a nuestra desgracia; nadie que se precie de ser buena persona o íntegro se congratula de que alguien llore lo que él no está dispuesto a llorar.

Cuando a uno le va bien, la presencia de los amigos viene a redoblar ese bienestar; porque ellos gozan con nosotros de los bienes (emocionales o materiales) que poseemos. Es momento de convidar cuando vives bien, por el contrario hay quienes dudamos en hacerlos venir cuando mal estamos, porque es preferible participarlos lo menos posible de nuestra desgracia.

La verdad, me congratulo que en momentos no gratos de mi vida, he tenido gente que acude a mi sin ser llamada, obvio es que ese sentimiento y actitud para con ellos es recíproca; pero eso es, que fueron elegidos en momentos de tranquilidad emocional y bienestar; por tal creo que mis amigos, mis mejores amigos, son los que están conmigo cuando estoy bien; porque cualquiera puede con el sufrimiento y la desgracia ajena, pero con el bienestar de otros, casi nadie.

miércoles, 5 de agosto de 2009

El sacrificio o una pobre valoración del amor

En muchas ocasiones escuché la palabra sacrificio y lo entendí como que era el medio para obtener algo, "si te sacrificas, conseguirás lo que te propongas", frase que se me antoja patética por decir lo menos. Sacrificio tiene varias definiciones según la RAE, dos tienen que ver con cuestiones religiosas, dos con poner en peligro la vida de animales y/o personas, dos que implican riesgos a correr por alguien o algo y dos más, a las que me quiero referir, que son las siguientes:
  • Acción a que alguien se sujete con gran repugnancia por circunstancias que a ello le mueven.
  • Acto de abnegación inspirado por la vehemencia del amor.

Ante ambas, me surge la duda ¿quién en su sano juicio y salud emocional acepta con repugnancia que le pasen por encima?, no dudo que existan situaciones en esta vida en que uno tenga que anteponer el bienestar propio por lograr el de alguien más, pero eso no lo considero sacrificio si quien lo da está consciente o tiene la convicción que es lo adecuado para la situación, la persona, su persona y la causará satisfacción hacerlo venga!, que se pare de cabeza o en zapatillas de ballet. Ver el sacrificio como un acto de abnegación que el amor inspira me da la gana que sea equivalente a caer en la humildad, rayando en la autocompasión, para empezar la persona que ama piensa en el bienestar y felicidad del destinatario de su sentir, no debe costarle trabajo ni esfuerzo alguno dar o hacer algo por y para quien ama, se lo da de manera natural, casi como respirar, esto es asumir que si yo hago algo por y para la otra persona, así me da la gana que sea, lo elegí en ese momento o en esa circunstancia, no lo hago porque espero ser correspondido con un acto igual o mayor (hablo de actos no de sentimiento incondicional), porque desde el momento en que hablo de sacrificio esperaría que (consciente o inconscientemente) que la otra pesona me retribuya en algún momento con un acto que implique un sacrificio igual o mayor cosa que al generar una percepción subjetiva (¿a poco hay percepciones objetivas?) se genera un conflicto por demás complicado.

Así digo yo, que ante el amor no valen los sacrificios si algo se da, ten por sentado que así fue porque lo quisiste hacer, no por evitar un conflicto o porque el destinatario del acto lo exigió así, de no ser dado en esa manera, el reclamo (siempre en un futuro, no al momento) será "yo dí y sacrifiqué por tí" lo cual se me hace una pobre valoración de lo que el amor es.

lunes, 3 de agosto de 2009

Hoy comienza

Este día lo comienzo, sí quiero la constancia para estar aquí lo más seguido posible, mis intereses son variados, pero lo puedo resumir en que soy adicta a las noticias, me gusta enterarme de lo que ocurre en el mundo en el que vivo.
Por qué un blog? por necesidad de expresión, nunca me he resistido a lo que la modernidad traiga y este medio no será la excepción, he recorrido varios espacios virtuales desde hace más de 12 años, foros de política y lectura, salas de charla. Recientemente descubrí el fenómero twitter y me gusta, dicen de él que viene a revolucionar las redes sociales, yo digo que sirve para todo y para nada a la vez.
Estaré aquí con la prometida premisa de tener algo que decir, puede ser diario, semanal o mensual, mientras tanto viendo vemos.