viernes, 21 de agosto de 2009

Con amigos así...

¿Quién necesita amigos? El que está en desgracia o el que tiene bienestar? Ambos, los primeros porque necesitan ser auxiliados, los segundos porque tienen necesidad de comunicar las razones de su felicidad.

¿Qué es mejor? Tener amigos cuando uno está jodido o cuando la vida a uno se le pinta de rosa? Obviamente, en la desgracia es recomendable tener amigos útiles, aquellos con los que puedas llorar las penas, pero quien que valore y quiera a las personas con las que lleva una amistad quiere verlos llorar por sus causas y malestares? Todo un contrasentido!, creo que si bien los amigos son necesarios cuando uno cae en desgracia; tener amigos cuando uno tiene prosperidad es mucho más noble, porque ello atrae a personas con mayor mérito y de virtud; así, en momentos de tranquilidad, bonanza y paz se elige mejor con quien compartir; de otra manera se corre el riesgo, desgraciadamente (literal), de recibir cascajo.

Entonces, al caer en desgracia, la presencia en sí de un amigo ayudará y atenuará las penas, porque nadie como él para prodigar palabras de aliento o bien lo que en ese momento se necesita escuchar, quien mejor que un buen amigo para conocer nuestras necesidades, lo que agrada y desagrada, por eso el buen juicio al elegirlo hará que ese amigo no se doble ante nuestra adversidad, porque de ser así nos provocaría tristeza o culpa, sentimientos nada agradables y que vienen a sumarse a nuestra desgracia; nadie que se precie de ser buena persona o íntegro se congratula de que alguien llore lo que él no está dispuesto a llorar.

Cuando a uno le va bien, la presencia de los amigos viene a redoblar ese bienestar; porque ellos gozan con nosotros de los bienes (emocionales o materiales) que poseemos. Es momento de convidar cuando vives bien, por el contrario hay quienes dudamos en hacerlos venir cuando mal estamos, porque es preferible participarlos lo menos posible de nuestra desgracia.

La verdad, me congratulo que en momentos no gratos de mi vida, he tenido gente que acude a mi sin ser llamada, obvio es que ese sentimiento y actitud para con ellos es recíproca; pero eso es, que fueron elegidos en momentos de tranquilidad emocional y bienestar; por tal creo que mis amigos, mis mejores amigos, son los que están conmigo cuando estoy bien; porque cualquiera puede con el sufrimiento y la desgracia ajena, pero con el bienestar de otros, casi nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario