lunes, 9 de noviembre de 2009

Hubieras empezado por ahí…


Yo tengo la vida que siempre hubiera querido tener, sino hubiera conocido otra manera de vivir.
(Dicho mío, acerca del tema)


Nos han dicho tantas veces que el “hubiera” no existe, que a fuerza de repetirlo, a mí casi me convencen de ello, es de esas frases que nos lo dicen en tono filosófico-regañón (con un aire mamila de refilón); lo que es peor, lo he dicho yo, a veces, para consolar a alguien o porque creo que ese alguien no quiere escuchar otra cosa o que nada más lo consolaría en ese momento.

Es un hecho innegable, que tratándose de una expresión hipotética, no se tienen bases reales para evaluar si alguna opción no tomada o la consecuencia de la misma habrían sido mejor; no obstante explico mi punto de vista, así que con su permiso.

Gramaticalmente, pues obvio, sí existe, eso dice la RAE y por tanto es ley, los que han leído éste espacio, saben bien que suelo criticar a los integrantes de la Academia, pero son nuestro punto de referencia obligada; pero nomás es la forma pretérita imperfecta del verbo hacer, en sus conjugaciones para la primera y tercera persona.

Acorde a como uno se sienta ante el pensamiento del “hubiera” creo que puede ser cualquiera de los siguientes:

Es el arrepentimiento en su máxima expresión, la experiencia que decidimos despreciar, el camino incorrecto elegido, autoconvicción de la necedad, las malditas ganas de atormentarnos pensando que el camino elegido fue el peor, es el edén del fracasado; la conjugación perfecta de la ideología de la equivocación.

Es conformismo a todo lo que da, cuando triunfa lo menos peor, sirve para comenzar de nuevo a equivocarse con lo mismo o a tropezar con la misma piedra y lo que nos lleva “otra vez a brindar con extraños y a llorar por los mismos dolores” (frase cortesía del filósofo José Alfredo Jiménez)

Es pasado y futuros enfrentados, el surrealismo aplicado a nuestra vida, como nuestros “recuerdos del porvenir” que idiotamente imaginamos tendremos; la conciencia de nuestra impotencia, de no poder cambiar tal o cual cosa, porque de poder, no hubiéramos tomado el camino equivocado.

Ahora voy yo, para mí el “hubiera” significa la posibilidad de reconciliarme conmigo misma, con las decisiones que tomé en determinado momento, porque por todas ellas uno paga la consecuencia y las asume con el estilo que prefiera, y hasta sin estilo. Cualquier “hubiera” para mí no vale tanto como lo que “hubiera” elegido entonces. Por eso creo que el “hubiera” sí existe.

2 comentarios:

  1. Muy buena reflexion,, ya soy tu fansese.. :) ash hubiera sabido antes de tu blog :)

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